Síntesis

Jeremy Rifkin 1, el autor, considera que el sistema económico actual se encuentra en un proceso de cambio. En la actualidad la economía está dominada por un sistema capitalista del mercado. Dicho sistema, dice, irá perdiendo importancia en favor de una economía colaborativa, donde el “capital social” será más importante que el “capital de mercado”. En el libro describe tanto las innovaciones tecnológicas, así como las tendencias sociales y económicas que evidencian dicho cambio.

En palabras del propio autor, el propósito del libro es examinar como los cambios en el comportamiento humano están haciendo obsoletos los valores sobre los cuales vivimos y creamos las instituciones de la era capitalista, así como explorar los nuevos valores e instuituciones que impulsarán la nueva era colaborativa.

En su opinión, el sistema económico descrito por Adam Smith 2 ha funcionado porque ha conseguido mejorar dramáticamente la calidad de vida general, aunque con al menos tres defectos:

  1. La tendencia hacia la monopolización, que desincentiva y dificulta la innovación.
  2. La resistencia en contra de la distribución de los beneficios con los trabajadores y su tendencia hacia su explotación.
  3. La lógica de la oferta y demanda no se extiende mas allá del propio mercado, ignorando el daño (o coste) social y medioambiental de las actividades económicas (explotación recursos naturales y residuos).

Sin embargo, considera que dicho economista no fue capaz de comprender completamente la dinámica de los mercados. En su opinión los individuos generalmente no pretenden promover el bien general sino su propio beneficio. Aún así, siguiendo su propio interés consiguen el beneficio social sin pretenderlo. No se da cuenta que, en realidad, el empresario tiene una relación directa con el cliente. Busca su propio beneficio mediante la oferta de productos y servicios que beneficien al segundo. Es decir, cualquier emprendedor debe de ser sensible al bien general para poder tener éxito.

NOTA: El problema es que lo que las personas consideran el bien general no necesariamente resulta serlo, especialmente, cuando se trata de productos y servicios. Frecuentemente los hábitos de consumo de las personas no son coherentes con sus propias creencias de lo bueno y lo malo.

Tanto Hume 3 como Bentham 4 si entendieron dicha relación a través de su visión utilitarista de la economía. Estos reconocieron también que la economía es dinámica, variable, porque no surge de una ley natural, sino de una convención humana. La acumulación de capital y propiedad privada descrita por ambos economistas nunca fue una verdad inmutable. Simplemente era la descripción de las fuerzas económicas en un periodo de tiempo determinado (durante la primera y segunda revolución industrial) que variarán en el futuro (durante la tercera revolución industrial).

Precisamente el tema principal del libro es describir los elementos que dan lugar a dichos cambios y las tendencias actuales que permiten prever una futura sociedad basada en el capital social, basada en la colaboración que disfruta de productos y servicios con un coste marginal cero, es decir, sin prácticamente beneficio económico.

Es según el autor, el propio capitalismo el que ha permitido alcanzar una eficiencia económica tal que sea posible la abundancia y bajo coste de productos y servicios, lo que beneficia a toda la sociedad. Sin embargo, la lógica capitalista deja de tener sentido cuando los beneficios son demasiado bajos. Es en ese escenario donde la economía social obtiene mayor relevancia, porque su interés no el beneficio económico sino el disfrute de dichos productos y servicios a través de la cooperación en vez de la competencia.

En su opinión, el sistema capitalista ha demostrado ser el mecanismo más ágil y efectivo para organizar la economía en el pasado, cuando las tecnologías disponibles (energía, comunicaciones y transporte) requerían de una alta integración vertical y concentración de capital en las industrias para alcanzar economías de escala. En el futuro, con las nuevas tecnologías y fuentes de energía renovables, dicha integración no resultará tan necesaria en la mayoría de sectores económicos, permitiendo la participación activa de individuos, a través de distintos modelos colaborativos para la gestión de recursos compartidos.

En cualquier caso, la economía seguirá siendo híbrida, es decir, con mecanismos de mercado, intervención gubernamental y de acción comunitaria (“Collaborative Commons”). La novedad prevista, es que la gestión compartida de recursos aumentará su importancia en detrimento de la gestión privativa.

Capítulo 1

El eclipse del capitalismo

Keynes 5 en 1930 ya previó la posibilidad de alcanzar costes marginales muy bajos y sus posibles consecuencias en su obra “Las posibilidades económicas de nuestros nietos” 6 7. Se dio cuenta de que los avances tecnológicos estaban incrementando la productividad y reduciendo los costes. Introdujo entonces un nuevo concepto, el de “desempleo tecnológico” (“technological unemployment”), refiriéndose a la posibilidad de que las máquinas produzcan en abundancia productos y servicios casi gratuitos, librando a los humanos de la necesidad de trabajar, permitiéndoles emplear su tiempo en otros propósitos.

Cambiando el paradigma económico

Según el autor nos encontramos en los primeros tiempos de un cambio de paradigma económico. En la actualidad se comienza a desconfiar del paradigma capitalista al poner en duda que sea el mejor mecanismo para promover la eficiencia en la actividad económica. Debido a dos razones principales:

NOTA: El problema ecológico se basa en un trio: el consumo energético, el uso de materias primas y la contaminación. El consumismo es el motor actual de la economía. Luego la solución pasa por reducir el consumo, pero también en mejorar la eficiencia de los procesos productivos y resto de actividades humanas. Las EERR permiten hasta cierto punto, mantener los altos niveles de consumo energético que requiere una sociedad “smart”, reduciendo el problema de la contaminación, haciéndola más sostenible. La cuestión de las materias primas, en cierto modo se soluciona con un uso más eficiente de los recursos naturales (mediante procesos productivos más eficientes) y que generen menos residuos.

Dicha plataforma se basa en las redes inteligentes IoT (comunicaciones, transporte y energía), Big Data, Inteligencia Artificial (IA), Robótica y Energías Renovables (EERR). Con ello se creará una sociedad inteligente o “smart”; creando smart cities, smart roads, smart homes, smart logistics, smart farms, smart factories, smart forests, etc.

Esto supone un cambio disruptivo porque dichas tecnologías nos permitirán organizar la actividad económica de manera mucho más eficiente (desde un punto de vista energético) incrementando la productividad sin comprometer los sistemas ecológicos de la biosfera.

NOTA: El autor promueve la idea de que dicha tercera revolución industrial basada en tecnologías “inteligentes” creará una especie de “red global” basada en diseños abiertos, colaborativos, permitiendo a todas las partes el uso de los datos. Esto requiere, en mi opinión, una regulación por parte de las autoridades para evitar lo que ha estado ocurriendo hasta el momento, es decir, la proliferación de protocolos y sistemas privativos que dificultan la interoperatividad, además de la mercantilización de los datos, lo que incentiva que no sean compartidos libremente.

Junto a dichas innovaciones tecnológicas existen tendencias que indican un cambio en los hábitos de consumo. El nuevo paradigma por venir es la Economía circular.

IoT

El autor se refiere a la IoT en términos distintos a lo que se entiende por tal cosa comúnmente. IoT en este caso, no solo se refiere a la intercomunicación de los dispositivos físicos sino que va un paso más allá cuando incluye tanto a la energía como a logística y transporte (por alguna razón no considera la producción como un elemento propio). IoT en este caso tiene mayores implicaciones en el mundo físico, porque no se limita al intercambio automátizado de información, sino también de productos, servicios e incluso energía.

Para que esto sea posible se requieren tres infraestructuras, en cierto modo ya existen. La red de comunicaciones o (satélites, fibras ópticas, centros de datos) que permiten la existencia de Internet; la eléctrica (redes de transporte y distribución, subestaciones y centrales de generación); y la de transporte (carreteras, vías aéreas y marítimas, centros logísticos). Por supuesto, también son necesarios los medios efectivos que operan en los distintos medios como ordenadores y otros dispositivos electrónicos con conectividad; vehículos terrestres, barcos y aeronaves; distintas tecnologías de generación eléctrica.

La clave es la disponibilidad de energía eléctrica en abundancia y a bajo coste. Sin la electricidad nada de lo anterior sería posible.

NOTA: Las tres redes requieren de innovaciones aún por llegar, pero que ya se están desarrollando. Me refiero por ejemplo, a tecnologías de generación renovable y tecnologías de almacenamiento eléctrico más eficientes y limpias, combustibles y vectores energéticos sostenibles, drones y vehículos autónomos, inteligencia Artificial competente, impresión 3D eficaz. Las infraestructuras actuales también requieren mejoras y modernización, como la instalación de sensores o mejora de la resiliencia. Además, la centralización actual debe dar paso a una arquitectura más distribuida, me refiero, especialmente en lo relativo a la generación eléctrica y centros logísticos.

NOTA: Me llama la atención que el autor no menciona en todo el libro el papel que juega en todo esto la vivienda. En mi opinión si continúa la tendencia de concentración de la población en ciudades esto tiene impactos positivos tanto en el impacto ecológico, como en el modo de producción y logística de productos y servicios. Sin embargo, es posible que dicha tendencia se esté debilitando y que más adelante parte de la población retorne al medio rural. ¿Es real esta posibilidad? y, de ser así ¿Que implicaría?

Del capitalismo a la colaboración de los comunes

En la actualidad la “colaboración de los comunes” o “collaborative commons” (CC) ya tiene un profundo efecto en la economía actual. Existe una tendencia en la que la propiedad privada pierde importancia en favor del acceso y uso. Dicha tendencia favorece más a los intereses generales que a los individuales. El deseo tradicional de riqueza deja paso al de calidad de vida.

Esta nueva economía se basa en el capital social, porque depende en mayor medida de la diversidad y fuerza de las conexiones colaborativas de cada uno que en su capital monetario. Esto es así, porque la democratización de las comunicaciones, la energía y el transporte empodera a millones de individuos, que en conjunto tienen más capacidad que nunca antes en el pasado.

Un ejemplo de ello es el fenómeno conocido como “prosumers” (la combinación de “producers” y “consumers”), en la que un mismo individuo es tanto consumidor como productor. Esto ocurre en sectores como la información, energía, entretenimiento, educación, turismo, e incluso, potencialmente en el industrial. Un mismo individuo puede realizar diseños que se publican en internet y a la vez emplear diseños de otros para fabricar in-situ los productos que necesite mediante impresión 3D. Airb&b y couchsharing entre otros han supuesto una revolución, al igual que el uso compartido de vehículos, cooperativas productoras, software libre, MOOCs (Massive open online courses), y mercados online de artículos de segunda mano. Incluso negocios típicamente capitalistas se ven beneficiados de este fenómeno de democratización a través de la financiación por medio del “crowdfunding”.

NOTA: Otro ejemplo es el caso de las cryptomonedas, que tienen el potencial de desplazar a los bancos tradicionales, privados y gubernamentales en el control monetario.

En definitiva, el “valor de cambio” (“exchange value”) en los mercados es, cada vez más, remplazado por el “valor de intercambio” (“shared value”).

Como consecuencia de este cambio, se reducen los costes, lo que permite el disfrute de productos y servicios a menores precios, haciendolos accesibles a una mayor proporción de la población mundial. Dado que muchas de estas tendencias logran aumentar los ciclos de vida de los productos, al compartirlos o venderlos cuando no se usan, se aumenta la oferta en el mercado sin aumentar la producción. Es decir, se pueden mantener niveles actuales de uso, reduciendo la producción y, por tanto, el consumo de materias primas, energía, y generación de residuos.

Por otro lado, y al mismo tiempo, a medida que la robótica, la automatización y la IA se desarrollan y resultan más eficaces y baratas, comenzarán a reemplazar a millones de trabajadores. Al perder su sustento, perderán capacidad económica. Dicha pérdida de riqueza puede verse compensada, parcialmente, con el abaratamiento de la mayoría de servicios y productos.

En el libro se recuerda que el Producto Interior Bruto (PIB o GDP en inglés), es un indicador da acumulación de “capital de mercado”, o mejor dicho la suma de productos y servicios que un país ha producido en un año. Desde hace décadas académicos de todo tipo de ramas, incluyendo la economía, critican su incapacidad para medir adecuadamente la economía, especialmente sus costes sociales y medioambientales.

Desde un punto de vista de los individuos, el efecto inmediato de la IA será negativo en las personas cuyos empleos se verán afectados (aunque previsiblemente será positivo más a largo plazo) mientras que el de los CC será positivo. Este último tiene el potencial de reducir los costes y beneficios de las empresas, y a la vez lograr mayor abundancia de productos y servicios y mejorar la sostenibilidad. Paradójicamente, en ambos casos el efecto en el PIB es negativo.

NOTA: Por ejemplo, el PIB no discrimina entre crecimiento económico “bueno” y “malo”. Lo que importa es la suma total de la actividad económica. No resta las actividades económicas secundarias que mitigan los efectos negativos de otras. De este modo, si tras un vertido tóxico en un rio se gastan 100M€ en la actividad de limpieza, el PIB se incrementaría en 100M€, cuando en realidad debería ser justo lo contrario. Lo mismo ocurre con gastos médicos (que aumentan si la salud de la población se reduce), policiales (que deberían aumentar si también lo hace la delincuencia), es decir, tampoco tiene en cuenta el estado de salud y bienestar de la población. Si bien es cierto que existe una clara correlación directa entre incremento de PIB y de calidad de vida, esto solo sucede en la fracción más pobre de la población. Una vez llegado a un nivel determinado, dicha correlación desaparece.

Por eso, defiende que se necesitan distintas métricas, que también tengan en cuanta el nuevo capital, el social yq eu pongan el foco en la calidad de vida y medioambiental, frente al incremento puramente económico.

El autor interpreta que el CC es un fenómeno inevitable, pero que además resulta positivo porque:

Algunos economistas consideran que si prácticamente todo resulta casi gratis, entonces no existirían incentivos suficientes para la innovación y creación de nuevos productos y servicios, ya que resultaría muy difícil recuperar la inversión y costes iniciales. Sin embargo, Rifkin cree que esto no será así debido a que precisamente dichos costes (en términos individuales) serán muy bajos debido a la gran cantidad de personas que estarán en disposición de innovar colaborativamente. Esto además aumenta la creatividad. Además con este sistema se crea un nuevo incentivo, el avance social del bienestar de la humanidad. Es una de las razones por las que considera que el nuevo sistema sería más “humano” a la vez que eficiente.

Capítulo 2

En este capítulo describe la historia reciente determinando los elementos tecnológicos y sociales que permitieron el desarrollo de la humanidad.

Básicamente, las mejoras en la producción energética (inicialmente molinos de viento e hidráulicos y posteriormente la máquina de vapor), comunicaciones (imprenta) y transporte permitieron pasar de labores de producción de subsistencia a otra de mayor abundancia; por su parte el desarrollo de un código legal y fuerzas del orden que protegen la propiedad privada permitieron el desarrollo de las economías de mercado y el declive de las sociedades feudales.

Con las mejoras de las comunicaciones, tanto de la información como del transporte de personas y mercancías, se desarrolló el comercio, ampliando sus horizontes hasta interconectar todas las regiones del globo y el surgimiento del conolianismo.

Durante este periodo de transformación social y económica, se pasó de sociedades feudales basadas en la agricultura de subsistencia a otras más democráticas y liberales basadas en el comercio, tras la primera revolución industrial, la indenpendencia americana de Inglaterra y la revolución francesa.

Capítulo 3

Este capítulo se centra en el surgimiento del capitalismo, una vez la economía de libre mercado ya había sido establecida previamente. Es frecuente confundir la economía de libre mercado con el capitalismo, pero no son la misma cosa. El capitalismo opera en el libre mercado, pero el segundo no requiere del primero.

La revolución proto-industrial de la época medieval dio lugar al libre mercado, pero no fue hasta la introducción de la máquina de vapor cuando se originó el capitalismo. Hasta entonces la producción se basaba en la abundancia de pequeños fabricantes, que empleaban a pocas personas, generalmente con vínculos familiares.

El capitalismo comienza cuando, aprovechando los avances tecnológicos se comienza a concentrar la mano de obra en pequeñas fábricas. Previamente, ya se habían creado los gremios, una forma de asociación artesanal. Posteriormente, los artesanos, que hasta entonces eran los dueños de su negocio basado en la subsistencia, pasan a formar parte de una mayor empresa. Estos dejan de poseer sus herramientas y taller y pasan a trabajar en las instalaciones propiedad de otras personas a cambio de dinero. El emprendedor (el capitalista) es el dueño de todo; los artesanos sólo contribuyen con su trabajo. Se crea una relación de intercambio monetario-laboral. Una subordinación de la producción al capital y una concentración del dominio de los medios de producción.

Así como en la era feudal los trabajadores no tenían propiedad sobre las tierras, en el capitalismo no tienen control sobre las herramientas/maquinaria de producción.

Se origina una nueva lógica en la que los salarios, rentas y ganancias son los tres conceptos de beneficio económicos básicos.

A mayor complejidad y coste, mayor es la racionalización del capitalismo, requiriendo mayor control y planificación. Surgiendo un nuevo modelo de negocio en el que la integración vertical y la división del trabajo resultan esenciales.

El capítulo continúa describiendo las diferentes etapas de desarrollo social, industrial y económico. Tras describir los elementos esenciales termina por definir un patrón común:

Capítulo 4

En esta parte el autor se centra en analizar como el capitalismo ha ido moldeando las ideas. Al igual que en el resto de etapas anteriores, se han creado narrativas que se adecuaban al paradigma del momento. Dichas narrativas nunca reflejan una realidad absoluta e inmutable. Es el fenómeno conocido como “framing”.

La religión es un reflejo de ello. A lo largo de los siglos, a medida que las sociedades evolucionaban, las prácticas y dogmas cristianos también lo han hecho. En la época feudal era importante que cada persona comprendiera y aceptara su posición social. Posteriormente, la reforma protestante luterana, al tiempo que surgía una clase burguesa en la revolución proto-industrial, modificó la relación individual con dios, restando importancia a la iglesia, en cierto modo democratizando el acceso a dios. También se cambió el modo de salvación, incluyendo el trabajo como un medio para alcanzarla, cuestión de especial relevancia para los calvinistas (posteriores a los luteranos). La valía individual o autoestima era cada vez más importante, alineándose muy bien con la idea capitalista del propio interés y la acumulación de riqueza. Esto es un resumen simplista de la ética protestante del trabajo8, mayoritaria en el mundo anglosajón y germano, que describiría Max Weber9.

Posteriormente John Locke 10 hizo su caso sobre la propiedad privada como un derecho natural en detrimento de la gestión común que la consideraba inferior a la hora de defender los intereses de la humanidad. Posteriormente, Adam Smith 2 iría un paso más allá argumentando que el mercadeo (“market behavior”) representaba la verdadera naturaleza humana. Es decir, el capitalismo ha modificado la noción de la propiedad privada y el trabajo. Eventualmente incluso promovería la secularización de la sociedad, al modificar sus valores, pasando de un universo centrado en la religión a otro basado en lo material, o mejor dicho en el materialismo.

El autor menciona que al socialismo como uno de los pocos detractores del capitalismo, haciéndose eco de su principal contraargumento a la teoría capitalista clásica. La teoría capitalista clásica dice que el trabajo es la principal fuente de riqueza (o propiedad). Sin embargo, los socialistas detectan una contradicción a medida que el capitalismo evoluciona. A medida que la industria requiere mayor capital, los propietarios pasan a ser los inversores. Los empleados realizan el trabajo, los directivos llevan la gestión y administración empresarial; en ambos casos reciben un salario a cambio. Los inversores sin embargo, obtienen sus beneficios a partir de su capital sin requerir ningún trabajo. Los socialistas interpretan esto como un robo a los trabajadores. Mientras que los capitalistas lo interpretan como el premio a recibir por asumir un riesgo.

En linea con los argumentos de este capítulo, los economistas David Hume 3 y Jeremy Bentham 4 son los primeros en entender que la propiedad privada no es una ley natural sino el resultado de una convención humana por su utilidad al bien común. En su opinión la propiedad privada debía de ser alentada, no porque fuera un derecho natural sino porque resultaba útil. Esta visión utilitaria sería la principal justificación para la concentración del poder en la nueva era industrial, siendo John Stuart Mill 11 uno de sus principales defensores.

Más adelante, Herbert Spencer12 incluso emplearía términos similares a los empleados por Darwin en su “Teoría de la evolución” para justificar, mediante lo que se conocería como “Darwinismo Social”, los excesos del capitalismo rampante, creando una nueva noción moral basada en la “supervivencia del más apto”.

Todas estas teorías económicas fueron capaces de contrarrestar con bastante éxito la mayor parte de la oposición al sistema capitalista. La tendencia hacia una mayor racionalización, centralización e integración vertical parecieron inevitables, como una ley, en respuesta al aumento en la complejidad de las operaciones. No obstante, con los cambios tecnológicos actuales esto va a dejar de ser así. Ya hay indicios de que es posible una integración lateral, en vez de una integral. Dicha lateralidad se ve potenciada con las nuevas tecnologías digitales.

Capítulo 5

A partir de aquí, el autor comienza a entrar en mayor detalle sobre su previsión y los elementos que la hacen posible.

Viene a defender que en la actualidad ya estamos en proceso de cambio de fase, de una 3ª Revolución Industrial porque el sector de las comunicaciones y la porción de las renovables en el sector energético ya presentan constes marginales cercanos a cero. Lo mismo ocurre con los costes de formación a través de los MOOCs, plataformas como youtube y los libros electrónicos.

NOTA: El sector de la educación tiene aún muchos problemas de infradotación de personal docente en las escuelas y el acceso a la educación superior de calidad no resulta ni barata ni abundante. Si bien es cierto que el acceso a cualquier tipo de información es casi gratis, no así cuando se requiere de información de calidad. Hay mucha información accesible buena y mala, por lo que hay que invertir mucho tiempo en la tarea de discriminación y selección, por ejemplo.

Además argumenta que con la aparición de la IA y el avance de la automatización cada vez será necesaria menos mano de obra, reduciendo aún más su coste.

Un argumento muy llamativo, y posiblemente la clave del libro, es que al parecer la historia del crecimiento económico se debe básicamente a dos factores:

TODO: REVISAR BIBLIOGRAFIA y profundizar

Otra clave del libro, es que toda “plataforma” requiere de inversión pública en infraestructuras y en I+D en tecnología. Ambos, la tecnología y las infraestructuras, sirven de fundamento para el correcto funcionamiento del sistema. Defiende aquí, que la inversión ha de ser pública para maximizar el beneficio social, o dicho de otro modo, para reducir los costes (al eliminar la plusvalía privada).

La IoT es una tecnología necesaria que permitirá aumentar la transparencia y la eficiencia agregada del sistema, quizás poniendo en riesgo la privacidad y mayor vulnerabilidad. Lo importante es reducir el coste de producción una vez hecha la inversión inicial. Las nuevas tecnologías tienen el potencial de que dicha reducción sea exponencial con el paso del tiempo. Una de las dificultades estará en encontrar un equilibrio óptimo de productividad/beneficio, transparencia/privacidad y conectividad/seguridad.

Cuestiones sin resolver

Referencias

  1. Jeremy Rifkin 

  2. Adam Smith  2

  3. David Hume  2

  4. Jeremy Bentham  2

  5. John Maynard Keynes 

  6. Keynes, 1930 - Posibilidades económicas para nuestros nietos 

  7. Keynes, 1930 - Economic Possibilities for our Grandchildren 

  8. Max Weber, 1905 - Ética protestante del trabajo 

  9. Max Weber 

  10. John Locke 

  11. John Stuart Mill 

  12. Herbert Spencer 

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