Este libro hace una análisis sobre los “riesgos existenciales” presentes y futuros que ponene en riesgo la supervivencia de la humanidad, ya sea por colapso irrecuperable de la civilización o por la extinción de nuestra especie.
Trata de reorientar nuestra manera de ver el mundo, y trata de reducir el espacio entre poder/capacidad y sabiduría, que nor permita ser conscientes de los riesgos a los que nos podemos enfrentar y así, poder tomar deciciones informadas para protegernos eficazmente.
La filosofía del autor consiste en el uso de razón y apoyo en la evidencia para “hacerlo lo mejor posible” y creando las instituciones que premitan evitar una catástrofe.
Reconoce que muchos de los riesgos resultan urgentes, porque las generaciones futuras tendrán menor capacidad de actuación que la nuestra y que sin embargo, son sistemáticamente infravalorados o ignorados.
Nuestra capacidad de atención es limitada, y por tanto valiosa. Perder el tiempo en argumentos equivocados es muy costoso, hay que ir al grano, simplificando las cuestiones pero asegurando la exhaustividad y veracidad de los hechos para crear argumentos de peso.
El libro se organiza en las siguientes partes:
Además de los riesgos “tradicionales”, como una hecatombe nuclear, existen otros riesgos emergentes que dependen de los últimos desarrollos tecnológicos en, por ejemplo, biotecnología o inteligencia artificial.
El mensaje principal del libro es que existen riesgos reales que ponen en peligro la humanidad, y que está en nuestra mano tomar las decisiones correctas, que no sólo las eviten sino que aseguren un futuro con gran potencial.
De acuerdo al autor, estamos en el momento más importante de nuestra historia. Las razones de esta afirmación son:
El planeta tierra por su parte se formó hace unos 4500 millones de años. Nuestro sol permitirá que las condiociones para la vida en nuestro planeta se mantengan durante aproximádamente 500 millones de años más. Las primeras moléculas autoreplicantes se originaron 500 millones de años después de la formación de la tierra, y la vida compleja multicelular surgiría 3000 millones de años después. Los últimos 500 años son los que han sido testigos de la explosión cámbrica y posteriores surgimeintos y extinciones masivas. El ser humano u homo sapiens lleva existiendo en torno a 300.000 años y sólo hace unos 10.000 años comenzamos a crear civilizaciones.
Es seguro que, si como especie logramos evitar la extinción, el número de seres humanos que existirán en el futuro sea muchisimo mayor que los que ya han existido. De ahí que el autor afirme que el potencial de la humanidad está aún por desarrollarse y que, por tanto, nuestro valor reside en el futuro, no en el presente. En consecuencia, dice, que nuestra responsabilidad radica en aumentar lo máximo posible las posibilidades para que la humanidad siga existiendo en los próximos siglos. De este modo las futuras generaciones tendrán tiempo suficiente para lograr la capacidad tecnológica y sabiduría suficientes que desarrollen dicho potencial.
The problem is not so much an excess of technology as a lack of wisdom. Carl Sagan put this especially well:
“Many of the dangers we face indeed arise from science and technology – but, more fundamentally, because we have become powerful without becoming commensurately wise. The world-altering powers that technology has delivered into our hands now require a degree of consideration and foresight that has never before been asked of us.” - Carl Sagan
“Because we cannot come back from extinction, we cannot wait until a threat strikes before acting – we must be proactive. And because gaining wisdom takes time, we need to start now.” - Toby Ord