Introducción

No hay nada mas entretenido que “discutir” con otra persona sobre cualquier materia, pero lo cierto es que pocas veces resulta de verdadera utilidad. Generalmente, las discusiones son meros monólogos sobre nuestras opiniones y raramente se realiza una reflexión sobre las del otro. En esos casos, la introspección para cuestionarse nuestras propias creencias resulta más constructiva.

¿Ha estado el ser humano en la superficie Lunar? Esta es la cuestión a revisar.

Desde que tengo memoria sobre el asunto, he estado convencido que la respuesta a dicha pregunta es afirmativa. Nunca he puesto en duda la historia de la carrera espacial en general, ni de las misiiones Apollo de la NASA en particular. ¿Mis razones? Probablemente porque así me lo contaron en la escuela, en los museos y documentales (argumento de autoridad, efecto arrastre); y una vez establecida la idea, resulta mucho más inspiradora que la contraria. Existen personas que opinan que todo fue un montaje, que nunca hemos estado en la Luna, que la “historia oficial” es una mentira.

Desde el escepticismo, quiero tratar de comprobar los hechos, revisar las evidencias y tratar de llegar a una conclusión que deje poco margen a la duda.

En cierto modo, se trata de un problema similar al de defender cualquier “conocimiento” que hayamos recibido a través de la educación. En la mayoría de los casos, los conociemientos los adquirimos al recibir información que se supone cierta y que por tanto, interiorizamos cuando “decidimos” creerlo. En pocos casos, lamentablemente, se nos enseña de modo que podamos comprobar por nosotros mismos los hechos. Dicho de un modo más claro y simple, no se nos enseña a pensar de manera crítica sino a asumir conocimientos y creencias de manera dogmática.

El problema reside en que el conocimiento, en particular el científico-tecnológico, ha llegado a tal punto de especialización y complejidad que, frecuentemente, ya no podemos verificarlo por nuestros propios medios. De todos modos, también es cierto que tenemos a nuestra disposición tecnología que, sin requerir profundos conociemintos ni habilidades, nos permite observar hechos y fenómenos poco evidentes, como la existencia de átomos.

La existencia de cualquier cosa o fenómeno se puede demostrar básicamente con dos tipos de evidencias (1) las directas, del tipo esto es así porque lo puedes observar; y (2) las indirectas, del tipo esto es así porque puedes observar sus efectos. Si por el contrario lo que se pretende es demostrar la inexistencia de algo, sólo caben las evidencias indirectas, del tipo no existe o de lo contrario estos serían sus efectos y del tipo, no existe porque de lo contrario algo que si existe o sus efectos no podrían tener lugar. Es decir, este tipo de demostración siempre tiene un carácter hipotético con mucho margen de duda. Es por eso que creo que demostrar la inexistencia de algo es difícil, casi imposible.

Dicho esto, y aunque sea una obviedad, hay dos caminos a seguir:

  1. Tratar de demostrar que el ser humano SI ha estado en la superficie lunar.
  2. Tratar de demostrar que NO.

Al tratar de demostrar la negativa, se puede caer en el error, de aceptar como evidencias las dudas circustanciales. Existen muchas, y en todos los casos, lo único que logran es poner en duda la hipótesis afirmativa y no demostrar la negativa. Algunas de estas dudas pueden ser: las razones y motivaciones, en el contexto de la guerra fría, por las que la NASA y el gobierno de EE.UU. mentirían sobre dicha supuesta hazaña, la dudosa veracidad de las pruebas audiovisuales, la duda sobre la procedencia de las supuestas rocas lunares o la ausencia de misiones lunares en la era post-guerra fría. Cualquier esfuerzo en arrojar luz sobre estas cuestiones en ingún caso demostrarían inequívocamente que no hemos estado en la Luna, en todo caso, crearía una duda razonable. Además dudo de mis propias capacidades para ser capaz de demostrar fehacientemente si un vidio es “fake” o de la existencia y/o procedencia de las rocas lunares. Alternativamente, si se logra demostrar afirmativamente que se ha estado en la luna, la cuestión quedaría zanjada definitivamente.

Dicho esto, he decidido que la única vía posible que puedo seguir es la de encontrar evidencias irrefutables sobre el caso afirmativo. Al buscar la irrefutabilidad, reconozco que las evidencias indirectas tienen un valor limitado, pues pueden resultar en algunos casos dudosas, especialmente si no se cuenta con conocimientos profundos sobre algunas materias. Algunos ejemplos de este tipo son los registros documentales y audiovisuales, restos de las naves e infraestructuras empleadas, testimonios de astronautas e ingenieros implicados en las misiones. Las evidencias directas, por su parte, pueden suponer un verdadero reto si lo que se pretende es conseguirlas únicamente por medios propios. Otra cosa no sería de utilidad pues ¿de que sirve obtener evidencias directas desde otros sujetos o instituciones? Apoyarse en sus fuentes no convencería inequívocamente a aquellos que precisamente ponen en duda su credibilidad al considerarlos cómplices de las mentiras de la NASA. El único ejemplo de este tipo de evidencias que se me ocurren es la visualización directa de vestigios humanos en la luna (rover, espejos, resto de equipamiento y basura abandonada, las pisadas y el las marcas de los taryectos del rover) y la existencia de las muestras de rocas lunares recogidas.

No obstante lo anterior y a pesar de ser objetivo principal recabar evidencias directas, no descarto, por mera curiosidad, tratar de recabar información relativa a las evidencias indirectas, contexto histórico, posibles argumentaciones, etc…

Evidencias

Directas

Visualización de restos humanos en la superficie lunar

Los principales restos humanos en la superficie lunar son:

Principales equipos visibles/detectables en la superficie lunar. Credits: https://images.nasa.gov

¿Podríamos visualizar por medios propios estos objetos? Lamentablemente la respuesta es que no.

El principal problema para lograr visualizar por medios propios la existencia de estos objetos y rastros es la limitación práctica que presentan los telescopios terrestres por la pérdida de resolución que supone la atmósfera. Parece ser, que para obtener el nivel de resolución suficiente para ver objetos pequeños, de unos pocos metros, se requerirían telescopios de diametros muy superiores a los 100m 1. Sirva como referencia que el Gran Telescopio de Canarias (GTC) ubicado en el Observatorio Roque de los Muchachos (La Palma), mide 10.4m 2. Es un tamaño similar al del mayor telescopio ubicado en el Observatorios de Mauna Kea (Hawaii) 3, mientras que uno de los mas grandes del mundo, si no el mas grande, el Giant Magellan Telescope (GMT), actualmente en construcción en Atacama (Chile) y medirá “apenas” 24.5m 4.

Dado que no podremos obtener esta evidencia con nuestro propio telescopio casero, ni siquiera con los grandes telescopios terrestres, solo cabe la opción de obtener imágenes satelitales. Existen imágenes relativamente recientes, de 2009 en adelante, y de cierta resolución que permiten observar algunos de estos vestigios humanos en la Luna, no obstante su origen es americano, concretamente el Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) de la NASA 5 6 7.

Ejemplos de imágenes captadas por la LRO de los restos de las misiones Apollo. Credits: NASA

Otra opción, la que supongo menos dudas generaría es la de conseguir imagenes independientes a la NASA y, si fuera posible, de paises ajenos a la influencia Estadounidense. Tanto Rusia como la República de China cumplirían estos requisitos. De hecho, hasta el momento únicamente Rusia cooperaba con EE.UU. en materia espacial, pues la colaboración bilateral entre EE.UU. y China fue prohibida por el Congreso Americano en 2011 aunque en 2019 EE.UU. parece comienza a dar marcha atrás 8 9 10. Posteriormente, desde 2017, los gobiernos Ruso y Chino firmaron un acuerdo de colaboración espacial dejando fuera a Europa y EE.UU. 11.

En el caso del país asiatico existen una serie de misiones “Chang’e”, pertenecientes al programa Chinese Lunar Exploration Program (CLEP) de la Chinese National Space Administration (CNSA), en el que han logrado grandes hitos en la exploración lunar. Este programa, no solo ha puesto en orbita de la luna sondas similares al LRO americano, sino que también han enviado varios rovers a la superficie lunar y devuelto a la tierra muestras lunares, convirtiendo a China el tercer país, despues la URSS (los primeros) y EE.UU., en lograr la hazaña. La primera misión, la Chang’e 1, tuvo lugar en 2007; y la más reciente hasta el momento es la Chang’e 5, que tuvo lugar a finales de 2020 12.

Nota: El nombre del programa espacial chino “Chang’e” toma el nombre de la diosa de la luna 13

La cultura y política china es más secretista que la americana, añadiendo a la barrera lingüistica otra dificultad para encontrar recursos audiovisuales accesibles públicamente que “demuestren” la existencia de los restos de las misiones Apollo. Explorando la web de la CNSA, el quivalente chino a la NASA así buscando Baidu el equivalente chino a Google, no he logrado obtener resultados, porque además estas misiones chinas se han enfocado a partes vírgenes de la exploración lunar.

Zonas de aterrizaje de las sondas lunares chinas (CNSA).. Fuente: CNSA

En cualquier caso, si tienes curiosidad sobre las misiones chinas puedes ver algunos de los recursos que he encontrado:

Interacción con reflectores de medición láser

Indirectas

Relativas a los videos disponibles

Historia

Aprovechando la circustancia he decidido recabar más información sobre la historia y contexto de la “Carrera Espacial” y los programas Apollo. Advertencia, nada de lo que sigue en este apartado podría considerarse como evidencia alguna.

Contexto histórico

Durante los años 50, tras la finalización de la II Guerra Mundial en 1945, se incrementaron las tensiones entre las dos grandes potencias resultantes del conflicto, la URSS y EE.UU., continuando con de las dinámicas de poder internacionales que se habían establecido durante la guerra. Una vez la amenaza alemana fue eliminada, ambos países continuaron sus esfuerzos, de manera “pacífica” esta vez, para contrarestarse la una a la otra, compitiendo por lograr mayor poder e influencia internacional. A esto se le llamó la “Guerra Fría” un enfrenteamiento político, económico y social con aires bélicos liderados por Estados Unidos y la Unión Sovíetica, que representaban además dos bloques geopolíticos e ideológicos bien diferenciados, el occidental-capitalista y el oriental-comunista 14. Su inicio se considera a finales de 1945 y su finalización entre 1989 y 1991, con la caída del Muro de Berlín y la desintegración de la URSS respectivamente 15.

Para entonces la II Guerra Mundial ya había resultado en grandes avances tecnológicos en distintas áreas. La “carrera armamentística”, por ejemplo, dio lugar a los misiles de largo alcance y la fundación cientifico-tecnológica que permitiría la invención de nuevas tecnologías, como la Bomba de Atómica (de fisión nuclear) en 1945 (desarrollada por EE.UU., con colaboración de sus aliados, durante la II Guerra mundial con la ayuda tanto de científicos Americanos y Europeos incluyendo Alemanes exiliados) y la de Hidrógeno (de fusión nuclear), aún mas potente que la anterior en 1961 16 17 18. Este contexto belicista facilitaría la movilización de ingentes cantidades de recursos humanos y económicos con claro impacto en el desarrollo tecnológico y social de la época.

En cierto modo, la “Carrera Espacial”, fue un subcapítulo de la “Guerra Fría” y consecuencia de los avances alemanes en misiles de largo alcance que agregaron a los clásicos dominios militares, tierra, mar y aire, el espacial. Fueron los Alemanes, durante la II Guerra Mundial, los que desarrollaron los cohetes con la única finalidad que la de realizar ataques a larga distancia contra sus enemigos. El misil V1 se empleaba para atacar ciudades inglesas desde territorio francés 19. El cohete V2, sucesor del V1 y desarrollado por Wernher von Braun fue el último y mayor desarrollo alemán en este campo, tenía un alcance de 300 km. Con esta tecnología, los Alemanes fueron los primeros en alcanzar el espacio, que por convención se considera comienza pasada la Línea de Karmán a 100 km de altitud. El segundo misil balístico en alcanzar el espacio fue el R-7, en 1959, desarrollado por los soviéticos ya durante la Guerra Fría 20.

Nota: En la actualidad el ciberespacio se considera el quinto dominio bélico.

La “Carrera espacial” se considera se inició a finales de 1957, tras el conocimiento de EE.UU. del lanzamiento Soviético de las Sputnik 1 y 2. La noticia del éxito del Sputnik I, creó un efecto “Pearl Harbor”, los ciudadanos se sintieron indefensos ya que se creía que el satélite servía para mejorar la precisión telemétrica de los misiles rusos, poniendo en riesgo la seguridad nacional. Hay que tener en cuenta que el miedo de un ataque nuclear ruso estaba muy presente, y el hecho de que , teoricamente, fueran capaces de atacar desde el espacio ponía a EE.UU. en una posición de indefensión absoluta. De hecho, la existencia del Sputnik I no se detectó por los equipos de vigilancia americanos hasta pasados varios días.

No obstante, inmediatamente después del fin de la guerra, tanto EE.UU como la URSS se habían afanado en reclutar a los especialistas responsables de los desarrollos balísticos alemanes para que ahora, trabajando para respectivas potencias, pudieran continuar sus avances, esperando así lograr una ventaja militar. Wernher von Braun, el principal ingeniero nazi responsable de los desarrollos del V-1, A-4 (prototipo del V-2; primer cohete alemán en alcanzar el espacio exterior) y V-2, en 1955 tras trabajara para los EE.UU en la ABMA (Army Ballistic Missile Agency) fue nacionalizado como estadounidense. Él y sus colaboradores alemanes trabajaron con el JPL (Jet Propulsion Laboratory) para lanzar el primer satélite americano en 1958, unos 4 meses después de que los Rusos pusieran en órbita los primeros satélites de la historia, a finales de 1957, los Sputnik I y Sputnik II - con la perra Laika abordo 21 22 23 24 25.

El final, por su parte, se considera tuvo lugar a mediados de 1975, cuando ambos países ejecutaron una misión conjunta Apollo-Soyuz en la que la nave Apollo 18 se acopló a la soviética Soyuz 19.

Nota: Puedes ampliar información y ver imágenes relacionadas con la perra y los Sputniks aquí. La fecha del Sputnik 1, por cierto, coincidió con el 40 aniversario de la Revolución Bolchevique, también conocida como la Revolución de Octubre, puedes ver imágenes relacionadas con dicha revolución aquí. Tras Laika, la URSS envió ocho perros más al espacio, de los cuales seis regresaron con vida a la Tierra.

Historia del programa Apollo

Durante prácticamente toda la “Carrera espacial” EE.UU. fue detrás de la URSS, al menos para la opinión pública dados los titulares conseguidos por los soviéticos, los primeros en poner satélites en órbita, los Sputnik 1 y 2, a la vez que el primer ser vivo en órbita, la perra laika en el Sputnik 2, el primer misil balístico en alcanzar el espacio (después de los alemanes), el misil R-7, también el primer ser humano, el cosmonauta Yuri Gagarin y finalmente el primer alunizaje no tripulado, con Luna 9. Fue con el programa Apollo cuando la NASA logró adelantar, desde el punto de vista popular, a los Soviéticos.

Argumentos

Al igual que en el apartado anterior, ninguno de los argumentos que aquí expongo pueden considerarse como evidencia. Es nuevamente un simple ejercicio de curiosidad previa al intento de demostración.

¿Si hemos estado, por qué no hemos vuelto?

  1. Normalmente, quén hace esta pregunta o similar muestra cierto desconocimiento sobre la “historia de las misiones tripuladas a la Luna”, pues suelen defender que sólo se fue una vez, con la Apollo 11. La historia oficial muestra que sí se volvió otras 5 veces. Todos los alunizajes y paseos lunares (de seres humanos) se realizaron entre 1969 y 1972. Durante estas fechas y en el contexto de las misiones Apollo (11 a 17) 12 astronautas americanos pisaron la luna 26.

  2. En cualquier caso, es cierto que lo anterior hace razonable la pregunta de porqué tras tantos años y avances tecnológicos no se ha regresado. Mi opinión personal es que básicamente la Luna tenía y tiene un valor bajo, tanto desde el punto de vista científico como socioeconómico. En su momento se desarrolló el programa Apollo porque fue la manera con la que se buscó contrarrestar la ventaja Soviética (que también tenía planes para ir a la Luna). Las motivaciones fueron puramente geo-políticas, no económicas ni científicas. No obstante, y quizás de manera imprevisible por parte de la sociedad de la época, se aceleraron las innovaciones y esto tuvo un gran impacto real en la economía y sociedad actuales. En la actualidad, en el contexto de una nueva carrera espacial, creo que la Luna sigue teniendo un valor limitado, los objetivos parecen enfocarse en la conolización de Marte y la minería de asteroides. La Luna es el paso intermedio para lograr dichos objetivos.

Fé de erratas: Durante la redacción de este artículo, he comprobado que me encontraba equivocado en cuanto a la importancia que ha tenido y sigue teniendo la Luna. En la wikipedia existe un listado bastante exhaustivo del histórico de misiones lunares que ilustra la cantidad de misiones que se han realizado en el contexto de la Guerra fría y muy posteriormente. Se muestran tanto misiones tripuladas como no tripuladas, la cantidad de misiones es sorprendente.

¿Por qué algún gobierno, institución o individuo defendería una mentira así?

  1. Desde mi punto de vista parece evidente que en el contexto de la Guerra Fría, todo valía. Había que superar al “enemigo” bajo cualquier circustancia y mentir, haciendo creer a la opinión pública que se había logrado, era una manera de lograrlo. Existen infinidad de antecedentes previos a la historia de EE.UU. y del propio estado, para manupular la opinión pública. Nada hace pensar que no se intentara también en esta ocasión.
  2. Lo que ya no me parece tan razonable, es que la supuesta mentira se haya mantenido a lo largo de los años por varias razones, a pesar de que si la mentira fuera un hecho existirían reticencias por parte de la NASA, EE.UU. y otras instituciones “complices” en mantenerla como manera de preservar su propia credibilidad o prestigio y evitar la vergüenza pública, así como posibles consecuencias políticas, económicas e incluso judiciales.
    1. La motivación original de la mentira ya ha desaparecido.
    2. Las instituciones y personas responsables ya tampoco tienen la motivación para mantener el engaño.
    3. EE.UU. en concreto cuenta con leyes, como la Executive Order #13526 27, relativa a desclasificación de información de seguridad nacional, que obligan a desclasificar información considerada “sensible” pasado un tiempo determinado. En este nuenca se podrá exceder los 25 años, plazo que se ha cumplido sobradamente.

Bibliografía y referencias

  1. Quora: Con un telescopio suficientemente potente, ¿podrían verse las huellas de los objetos dejados por el hombre en la Luna? 

  2. Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC): GTC 

  3. Wikipedia: Observatorios de Mauna Kea 

  4. Giant Magellan Telescope (GMT) 

  5. NASA LRO: Apollo landing sites images article 

  6. NASA LRO: Apollo landing images 

  7. NASA LRO: Lunar Reconnaissance Orbiter Camera 

  8. SpaceLegalIssues: Understanding the Wolf Agreement 

  9. TheSpaceReview: Defanging the Wolf Amendment 

  10. Wikipedia: Wolf Amendment 

  11. FindChina: China, Russia agree cooperation… 

  12. Wikipedia: CLEP - List of missions 

  13. Wikipedia: Chang’e 

  14. McDougall, W. A. (1985). Sputnik, the space race, and the Cold War. Bulletin of the Atomic Scientists, 41 

  15. El Pais:  

  16. Wikipedia: Proyecto_Manhattan 

  17. energy.gov: manhattan-project 

  18. American Museum of Natural history: manhattan-project 

  19. Wikipedia: Cohete V2 

  20. Europapress: misiones espaciales 

  21. National Geographic: wernher-von-braun 

  22. NASA: von-braun 

  23. NASA: Sputnik 

  24. NYTimes: laika 

  25. historycollection.com: laika 

  26. Wikipedia: Human_Moon_landings 

  27. National Archives: Orden ejecutiva #13526 

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