El argumento a fortiori pretende que lo que es válido en un ejemplo, lo sea con más razón en un caso semejante en más o en menos.
Hemos distinguido dos variedades:
Sus requisitos son lo mismos que exigen los argumentos a pari.
Al razonar por analogía con un argumento a pari, nos fijamos únicamente en la existencia de una semejanza, dando por supuesto que es del mismo grado en ambos casos. No sólo decimos, por ejemplo: ambas son inteligentes, sino: tan inteligente es la una como la otra. Basados en ello argüimos que lo válido en el primer caso debe serlo en el segundo por la misma razón.
Del mismo modo, podemos utilizar ejemplos en los que aquello que comparamos (la misma razón) es mayor o menor en un caso que en otro. De este modo llegamos a la conclusión con más fuerza (a fortiori), a mayor abundamiento, con mayor razón.
Ej: Juan es más alto que Pedro.
Luego si Pedro alcanza, Juan alcanzará por la misma razón, pero aumentada.
Los casos siguen siendo cualitativamente iguales (ambos son altos), pero la cantidad del aspecto que comparo varía, así es que el argumento gana en contundencia
Caben aquí dos posibilidades: podemos comparar nuestro caso con uno mayor o con uno menor, es decir, podemos probar las cosas menores por las mayores y, al revés, las cosas mayores por las menores.
Ej: Si Pedro alcanza, más alcanzará Juan porque es más alto (alcanzará con más razón).
Si Juan no alcanza, menos alcanzará Pedro (que es más bajo) (no alcanzará con más razón).
Si vale para lo que es más, vale para lo que es menos
Si no vale para lo que es menos, tampoco vale para lo que es más
Si está prohibido lo menos, está prohibido lo más
Si es posible en malas condiciones, más lo será en las buenas
A veces, el argumento a fortiori adopta la forma de una pregunta que no espera respuesta pero que constituye un argumento. Y se presta muy bien a la ironía.
Si esto que digo es injusto ¿cómo llamaremos a lo que usted propone?
¡Si el alcalde se lleva los pinos, qué no harán los vecinos!
Muchas sumas de argumentos convergentes se construyen de esta manera.
Conviene tener en cuenta todas las variedades porque enriquecen y hacen más atractiva la argumentación.
El procedimiento no es complicado. Cualquier argumento analógico se transforma en argumento a fortiori sin más que acentuar o rebajar los planteamientos:
Ej: El Celta ganó el partido de ida porque juega mejor,
luego ahora volverá a ganar por la misma razón.
Ej: Si el Celta ganó con cuatro bajas,
con mayor razón ganará ahora que tiene la plantilla completa.
Ej: Si ellos no fueron capaces de ganar en su campo,
con menor razón lo serán en el nuestro.